Nos estamos conformando con un cristianismo que gira en torno a ocuparnos con nuestros propios asuntos cuando el mensaje central del cristianismo es realmente abandonarnos a nosotros mismos.

Al llegar al cielo no desearemos haber ganado más dinero, adquirido más cosas, vivido más cómodamente, tomado más vacaciones, visto más televisión, perseguido una mayor jubilación o tenido más ´xito a los ojos de este mundo. Más bien, desearemos haber dado más de nosotros mismos para el día en que cada nación, tribu, gente e idioma se inclinen alrededor del trono y canten las alabanzas del Salvador que se deleita en la obediencia radical, y del Dios que merece la adoración eterna.

Usted y yo podemos optar por continuar con una vida cristiana de costumbre y en la iglesia, disfrutando del éxito basado en los estándares definidos por la cultura que nos rodea. O podemos mirar honestamente al Jesús de la Biblia y atrevernos a preguntar cuáles serían las consecuencias de realmente creerle y obedecerle.

Pastor David Platt